2006/05/28

La ardillita viajera


Todo el mundo ha escuchado alguna vez la historia de que en la época de la colonización romana los bosques de España estaban tan poblados que una ardilla podría recorrer el país de Algeciras a los Pirinieos sin poner un pie (una pata) en el suelo.

Claro, menos en los colegios de tres amigos míos de Vic y Barcelona, a los que les enseñaron que la ardillita solo recorría el trayecto entre los Pirineos y el Delta del Ebro.

Luego igual es que le pasaba el testigo o la bellota a una prima que se le parecía mucho, y de ahí viene la confusión.

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