Digable planets, canela fina
La Blue Note, el más mítico de los sellos de jazz, acaba de publicar Beyond the Spectrum: The Creamy Spy Chronicles, un recopilatorio que hace las veces de grandes éxitos (¿se puede tener uno con solo dos discos?) de los neoyorquinos Digable Planets. Toda excusa es buena si se trata de reivincidar a uno de los mejores y menos reconocidos grupos de hip-hop de los años 90. Bueno, y uno de los más cool, que por eso Blue Note los rescata diez años después de su desaparición.
Se les enmarcó dentro del hippy-hop del colectivo Native Tongues (De la soul, Jungle Brothers, A tribe called quest...) por aquello del buen rollo y los sonidos cálidos. Pero la fiesta de Digable planets era más nocturna, más elegante y misteriosa. Debutaron en 1993 con Reachin' (a new refutation of time and space), uno de mis discos favoritos y perfecto ejemplo de lo bien que pueden casar hip-hop y jazz. Hay que tener mucha clase para samplear al guitarrista Kenny Burrel y que solo sea un aderezo más de la canción. Unas voces que realmente merecían el calificativo de sinuosas y unas bases sutiles e imaginativas (algunas podrían ser de Portishead) remataban la faena. Dos años después repiten fórmula con Blowout comb, con unos temas que tenían más desarrollo a cambio de perder un puntillo de inmediatez. Fantástico también.
No hay nada como el hogar
Y después... nada. Ni dejaron herederos ni siguieron su propia herencia. Doodlebug, Ladybug Mecca (la voz femenina más magnética del rap) y Butterfly (que ha trabajado de productor para Imani Coppola) han permanecido en una especie de anonimato del que ahora salen para publicar este recopilorio y anunciar su regreso como grupo a los estudios. Diez años son muchos, sobre todo si ninguno de ellos ha conseguido funcionar en solitario. Atentos a su regreso, siempre es, repito, buen momento para recuperar la música que hicieron entre el 93 y el 95.
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