John Cale en la sala Arena
'Si tiene tres canciones malas, las tocó las tres'; 'Menuda marcha tiene el abuelo'; 'El guitarrista que llevaba era más hortera que Joe Satriani'; 'Ey!!, no ha tocado nada de París 1919'; 'A mí no me importaría que hubiera empezado a escupir o a mear en el escenario, fantástico'; 'Se puso la camisa de leñador y parecía Neil Young con Crazy Horse'. Impresiones recogidas a la salida del concierto que John Cale dio el pasado sábado en la Sala Arena de Madrid.
El ex-componente de la mítica Velvet Underground (empezó con 'black angel's death song') venía a presentar Black Acetate, su mejor disco en muchos años y uno de los más rockeros de su carrera. El hombre traía ganas de hacer ruido y que la gente botara. Simplemente el hecho de que lo consiguiera, con sus 63 añitos, es ya de alabar. Pero es que lo hizo con una energía y una clase impresionantes. Derrochó estilo, saber estar, comunicación con el público (una cualidad que yo no le presumía) y el grado suficiente de locura para sorprender. Durante distintos momentos del concierto me recordó a Neil Young, Springsteen o Tom Waits.
Naufragó con un par de las canciones que interpretó a los teclados: flojos en la composición y en la interpretación. Demasiada espiritualidad. Sí acertó con la acústica y con sus salvajes guitarrazos eléctricos. Bueno, en general acertó siempre que él llevó el peso, porque la banda que le acompañaba era tan apta técnicamente como fría. Un apunte que realmente me sorprendió: Cale canta extraordinariamente bien. Jamás le había tomado en consideración como cantante, pero es un gran intérprete. Al final, la traca con varios temas de Black Acetate (la muy radiable 'perfect') y mucha, mucha intensidad.
El chiste vino a la salida. Junto a la puerta había un hombre vendiendo camisetas: las había de la Velvet Underground... y de Lou Reed. De John Cale, cero patatero.
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