2014/12/24

Lo mejor de noviembre-diciembre

Discos
- D'Angelo & The Vanguard: "Black Messiah"


- Shellac: "Dude Incredible"


- Panda Bear: "Mr. Noah" (EP)

Otro disco interesante de este final de año ha sido el "Broke With Expensive Taste" de Azealia Banks, un trabajo irregular y un tanto difuso estilísticamente (igual que le puede pasar a los discos de Janelle Monáe), pero en el que se ve tanto su talento y magnetismo, como las razones por las que su discográfica (Universal) se desesperaba por esa falta de foco, lo que llevó a que rompiesen el contrato y le dejasen publicarlo donde quisiese. Al final ha sido en un sello especializado en Metal, una anécdota más de un disco en el que se mezclan demasiadas cosas, pero casi todas apuntan alto. Ya se verá si un capricho de prima donna o si es un paso necesario para desarrollar en futuros trabajos todo su potencial.

Historias para escuchar con cascos

  • Serial se ha convertido en el fenómeno del año. No sólo ha sido un éxito de público (millones de descargas sólo en iTunes, algo inédito para un podcast), sino que ha creado una legión de fieles fans (incluyendo hilos en Reddit para discutir cada programa, como ocurre con las grandes series de TV) y la atención de los medios tradicionales de comunicación (muchos días en la lista de los 10 contenidos más vistos de la sección de TV y Radio de The Guardian hasta 4 noticias eran sobre Serial). Desde el punto de vista narrativo, Sarah Koening y sus chicas han conseguido algo tan difícil (y peligroso) como es convertir una narración real, documental, en una historia cuya estructura se acerca más a la de un guión de ficción. La manera en la que ha ido desvelando las distintas capas de la historia de un asesinato, ha sido realmente interesante. Y eso que ha contado con el imprevisto de que la creciente popularidad del podcast y su repercusión social y personal (desde los medios a las comunidades y familias afectadas por el asesinato y el juicio que dan lugar a la narración) han interferido en el proceso, forzándoles a dar más luz a personajes o líneas que interesaban menos desde el lado de la narración (lo referido a la víctima del crimen), o han traído nuevas voces que no habían querido formar parte de la historia hasta que han visto su repercusión en medios. El único "pero" que cabe ponerle al fenómeno que ha causado es que al elegir una historia tan compleja y peligrosa (un asesinato con tintes interraciales y su juicio), han abierto la puerta a que muchos, con menos rigor y conocimientos de narrativa, se sumen ahora al carro y empiecen a hacer de detectives chabacanos y populistas con alguna de las miles de historias sin resolver o aclarar de los juzgados y las cárceles de EE.UU.
  •  Radiotopia Vs Gimlet Media: dejando a un lado al siempre cambiante equipo (hace poco se han incorporado Stephanie Foo y Chana Joffe-Walt) de This American Life y sus proyectos adyacentes (el propio Serial), la lucha por el nuevo talento en el mundo de los podcast parece que se va a librar entre un conglomerado de nombres ya reconocidos y estables (el Radiotopia impulsado por Roman Mars) y la empresa que ha montado Alex Blumberg y cuya historia está narrando a través de Start Up.  Mientras Radiotopia ha concluido con éxito su acción de recogida de fondos, con más de 620.000 dólares recaudados en Kickstarter, Gimlet Media ha narrado en su propio podcast Start Up que ha logrado una financiación total de 1.5 millones de dólares. Los primeros ya han anunciado el fichaje del equipo que hacía Audio Smut (ver Lo Mejor de Julio-Agosto), así como los de Criminal (ver Lo Mejor de Octubre), y uno creado por la cómica británica Helen Zaltzman. Gimlet, por su parte, se ha hecho con los servicios de los autores del show sobre Internet TLDR (ver Lo Mejor de Octubre), ahora con el nombre de Reply All. Las señas de identidad siguen siendo las mismas, pero el enfoque, para bien y para mal, es algo más serio. 

Cosas para ver en una pantalla


  • Twin Peaks. Recuerdo que era un renacuajo cuando empezaron a emitir Twin Peaks en España. De hecho en mi casa justo empezó a verse Telecinco correctamente una semana antes de que se estrenase. La veía yo sólo en casa (a mis padres no les llamaba la atención). Y pese a que recuerdo que me resultaba extraña, la veo ahora y me parece aún más extraña, con esa mezcla entre misterio, absurdo y humor negro que camina por el lado bueno del ridículo. Con todo esto me estoy refiriendo a la primera temporada. La segunda me resulta algo pesada, repetitiva y con demasiada consciencia de su propia fórmula. No sé lo que harán Lynch y Frost para la tercera temporada, prevista para 2016, pero va a requerir mucho esfuerzo que nos vuelvan a sorprender a la vez que nos lleven a ese lugar en medio de los bosques del estado de Washington en el que los búhos no son lo que parecen y se puede encontrar la mejor tarta de cerezas. 
  • Brooklyn Nine-Nine. Comedia un tanto boba y con personajes-fórmula sobre algo tan trillado como una comisaría de policía en Nueva York. No sé si será su falta de pretensiones, el ritmo, o que los personajes y las situaciones están bien escogidos, pero lo cierto es que funciona. No es la bomba y probablemente no enganche, pero se agradece de vez en cuando. 


Cosas para leer
  • Energy Flash: un viaje a través de la música rave y la cultura de baile (Simon Reynolds). Repaso exhaustivo y excesivo del renacimiento de la música electrónica a mediados de los años 80 en Detroit, Chicago y Nueva York, cómo esa fiebre llegó y se adaptó a Europa y la relación de sus distintos subgéneros con las drogas, el escapismo (social, cultural y político) y la cultura de baile. Reynolds toma partido claramente por las formas más populistas de la evolución de la música electrónica, como forma de rebeldía y de búsqueda de hedonismo, y recela de las mutaciones con más pretensiones artísticas, a las que muchas veces acusa de matar el espíritu de la música de baile. En su papel de cronista y protagonista (como fan y crítico) de los cambios culturales producidos por la música electrónica en los años 90 en Reino Unido (efervescencia de las fiestas Rave, la cultura de clubs, las radios piratas de Londres...) Reynolds escribe de forma apasionada y detallista, abrumando a veces con datos y trazando relaciones no evidentes entre los "rebeldes" que creaban y distribuían esa música repetitiva y sin rostro (hasta que llegaron los DJ estrella) y filósofos/pensadores como Foucault, Deleuze, Guattari o Hakim Bay. Imposible de leer en una sentada, pero apasionado, sorprendente e iluminador. 


Tontunadas, artículos y enlaces interesantes



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