Y el grandullón encontró esposa
Hace tiempo comenté la historia de Bao Xishun, un gigantón chino (supuestamente el hombre más alto del mundo) que había salvado a dos delfines al introducir sus larguísimos brazos en su vientre para extraerles unas piezas del plástico. Pues resulta que el bueno de Bao quería casarse. El hombre lanzó una llamada a todo el mundo para encontrar una esposa. Como no podía ser de otra forma, la elegida es una chica de su tierra. La moza, pese a su más que decente 1,68 de estatura, parece una liliputiense en comparación. Una pivot rusa de baloncesto podría haber sido una opción más equilibrada.
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