El bloc

Yo aún no había decidido si iba a parar en el centro de Brooklyn o si seguiría hasta Coney Island para tomar un perrito en Nathan's. El vagón del metro estaba medio vacío, pero prefería estar de pie, mirando mi mapa y haciendo mis cálculos.

Me llamó la atención al entrar, con su sombrero, el abrigo largo y unos zapatos tan espectaculares que tenían que ser de estreno o habérselos abrillantado uno de esos limpiabotas de las películas antiguas. Tenía un pequeño bigote que le hacía parecer aún más elegante. Al rato de mirarle caí en la cuenta de que se parecía al actor Giancarlo Esposito.

Entonces sacó el típico bloc de periodista, de estos sin anillas en los que el lomo está situado en uno de los extremos más estrechos y que nunca están pautados. Apuntaba cosas al vuelo con una pluma, ordenando las ideas y perfilando un texto. Un primer vistazo me permitió ver que tenía una letra estilizada (como él mismo) pero perfectamente clara, pese al traqueteo del metro.

El segundo vistazo fue directo al encabezado de todas las páginas, en el que venía escrito en letras de imprenta el nombre de la empresa. Ponía 'The New York Times'.

Xx

PD: Igual era un bloc de publicidad, o un souvenir. Pero, sinceramente, no lo parecía.