2006/12/26

James Brown, funky drummer

Se ha muerto James Brown. Y corre el riesgo de que le pase lo mismo que a Louis Armstrong: que se le recuerde más por sus dotes de 'entertainer' que por su obra como músico.

El llamado padrino del soul es uno de los artistas más importantes del S.XX. Tan perfeccionista, genial y único como pudieran serlo Hitchcok, Jason Pollock o James Joyce.

Partiendo del gospel que aprendió de pequeño y el jive que le escuchó a Jackie Wilson, Brown creó un brutal work in progress en el que cada acierto (los ritmos sincopados, las baterías, la precisión, lo afilado del sonido...) iba sumando hasta alcanzar la perfección. Reivindicativo y polémico se dejó llevar a partir de los últimos años 70 y nunca se volvió a recuperar como artista.

Dejó atrás (ya entonces) un trabajo que le sitúa como portentoso intérprete, creador visionario, líder de una de las mejores bandas de la historia y uno de los pocos artistas capaces de enloquecer al público al tiempo que definía nuevos sonidos y nuevas formas. Un genio.

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