2008/09/26

Hanoi: un mar de motocicletas

Adiós Bangkok. Pillo un taxi. De camino veo las obras faraónicas que están realizando para llevar hasta allí el Skytrain (queda a unos 40 km del centro).

Momento surrealista al entrar en el avión de Air Asia, cuando una arregladísima azafata nos recibe entre la bruma caliente de vapor de agua. Durante el viaje pusieron en marcha otras dos veces el vaporizador, que surge justo por encima de los compartimentos para el equipaje.

Si en Bangkok tuve buen tiempo, en Hanoi estaba nublado, con una ligera lluvia. En el aeropuerto me espera un hombre sonriente con mi nombre escrito en una cartulina. Me pide que espere. Resulta que en el coche (aunque van a otro hotel) también vienen tres chicas: dos de origen hindú y otra de origen asiático, aunque todas ellas son canadienses. Están recorriendo toda indochina en plan mochilero.

Mi hotel (que tiene como prometedor nombre Ritz) está en una callejuela detrás de otra callejuela que va a dar al lago Hoan Kiem, en el centro antiguo de la ciudad. Hay internet gratis, Wifi (en realidad en Hanoi hay wifi en casi todos los hoteles y cafeterías), los que te atienden son de lo más majo, es barato y la habitación es espaciosa y bonita (con aire acondicionado, TV por satélite y nevera). Obviamente debía tener algo malo. Ese algo se llama y es un pub/discoteca que se encuentra en el edificio de enfrente y hace retumbar los cimientos hasta las 12 de la noche (podía ser peor, aunque aquí amanece a las cinco).

Voy a dar una vuelta a la zona vieja y a buscar un mapa del centro. Ya me habían contado que el tráfico era imposible, pero no deja de ser llamativo enfrentarte a ello y cruzar entre coches, bicis y motos que te esquivan a la vez que se pitan como locos los unos a los otros. `Vaya, debe ser la hora de salir del trabajo`, pienso. Luego veo que no, que están así de primera a última hora de la manñana.

Por la calle todo el mundo te ofrece de todo (piña, rollitos, un viaje en moto, gorras, sellos...) y casi no hay acera por culpa de las motos aparcadas. Voy a una agencia oficial de la compañia aérea vietnamita a comprar el vuelo que me faltaba (de Hanoi a Singapur) y la amable señorita me da un recibo y me dice que vuelva en una hora. Como algo en un vegetariano modernillo y vuelvo (no me he perdido, buena señal. La chica me imprime un folio y me pide disculpas por no poder darme el localizador del billete. Por lo que le entiendo el hombre que la tenía que atender no ha cogido el teléfono en la central. Me pide los datos del correo electrónico para enviármelo al día siguiente.

Vuelvo dando un paseo por el lago y entro en un supermercado de dos pisos (uno de alimentación y otro de cacharros de cocina, productos de limpieza, librería y un pequeño parque infantil para dejar a los niños. Compro tres tonterías y me voy al hotel.
Xx