De La Soul en el Conde Duque (Madrid)
"Bring the nooooooise". Esta fue la petición de Posdnuos y Trugoy the Dove (Pasemaster Mase se encontraba enfermo) durante buena parte del concierto de ayer de De La Soul en Madrid. Y vaya si la gente gritó, pero después de la escasa hora y cuarto que duró su actuación. Ni bises ni 'esta que vamos a tocar es la última, de veras'. El público no se creyó que se había acabado hasta que salieron los técnicos a desmontar la mesa de mezclas. Será que no estamos acostumbrados a estas cosas, a que nos dejen justo en el momento en el que la fiesta se hace más y más grande.
Rebobinando esa hora y cuarto, Los dos integrantes de uno de los grupos más clásicos del hip-hop empezaron un poco fríos, como diciendo "venga, vamos a cumplir el contrato y luego nos largamos". El público estaba compuesto de chavalillos con visera y pantalones amplios y amantes de la música negra que rondaban los cuarenta (estos estaban sentados, claro). Entonces, tras unos 20 minutos, se produjo la reconversión: Posdnuos y Trugoy comenzaron a comportarse como los animales de escena que se les supone después de casi 20 años de carrera. Juegos con el público ("coread esto", "sacad los mecheros") que no resultaron ridículos y un repertorio del que es muy fácil sacar 20 canciones perfectas. Estas fueron las armas con las que los autores de 3 feet high and rising enamoraron a la audiencia. Hasta que les dio por marcharse, claro. Supo poco, pero fue muy sabroso.
Los que sí hicieron bises (y tocaron tanto rato como los cabezas de cartel) fueron los zaragozanos Rapsusklei & Hazhe: un poco de hip-hop harcore y otro poco de ragga y dancehall. Dieron muy buena impresión, acompañándose de un trompetista que daba un toque más cálido a sus temas. Seguro que ellos también se quedaron con ganas de más De la Soul.
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