San Gennaro
"En realidad no hay nadie como nosotros, los italianos". Así se las gastan en las fiestas de San Gennaro de Little Italy. Y eso que la mitad de la audiencia eran negros, latinos y orientales.
El día había comenzado tranquilo, con desayuno familiar en New Haven, en el que reafirmé que no me gusta la crema de cacahuete. Llegamos a NY a la hora de comer, fuimos a un vietnamita barato y muy rico en un extremo de Chinatown. Al salir, frente a los juzgados centrales había un montón de gente. ¿Estarán juzgando a alguien famoso o rodando una película? Lo segundo. Cambiando de acera veo a Ridley Scott darle órdenes a un fulano con el pelo grasiento, que resulta ser Russell Crowe. La peli se titulará American Gangster.
Cruzamos hasta la Zona Cero. Es muy extraño, porque no se respira nada especial. Hay fotos del 11-S y dibujos de los hijos de los fallecidos recordando a su 'daddy' (nunca a sus madres, ¿solo murieron solteras en el World Trade Centre?), pero resulta frío. Además está todo sin construir. Tenía razón el alcalde de Nueva Orleáns al decir que ellos recogieron todos lo que había destrozado el Katrina en un año y la Zona Cero parece igual que después de los atentados.
Después de ver lo pequeñito que resulta Wall Street, compramos algo de comer en un mercado muy exquisito pero nada caro en la misma zona y subimos Broadway hasta pillar Lafayette y pasearnos por las fiestas de San Gennaro en Little Italy. Muchos puestos de comida (cara) y un pequeño escenario en el que una mezcla de Tony Bennett y Dean Martin interpreta (muy bien, la verdad) clásicos italoamericanos ante una audiencia de señoras de 50-60 años y tipos repeinados y con puro.
Un trozo de pizza, una visita a un (triste) mercadillo de 'diseñadores emergentes' y para casa.
Xx
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