El Señor Jean: vivamos felices sin parecerlo
Tengo una amiga que dice que me parezco al Señor Jean. Lo cierto es que no fumo, llevo el pelo más largo que él y si me convirtiera en escritor, mi única obra no se titularía 'La mesa de ébano'. Pero es cierto que vivo solo, he llegado a la treintena y tengo la costumbre de vivir la vida a mi manera y llevar mal las reglas y las jerarquías.
El personaje Señor Jean, cómic obra de los guionistas y dibujantes Dupuy y Berberain, tiene además un amigo palizas al que tiene que sacar las castañas del fuego, una portera insoportable y unos padres a los que no puede evitar no ver. En el cuarto libro sobre el personaje que se edita en España, 'Vivamos felicies sin parecerlo' (Norma, 2005), Jean no solo tiene que enfrentarse al día a día, sino que afronta el mayor de los retos: hacerse 'mayor' y aceptar sus responsabilidades sin dejar de ser él mismo: ensaya a ser padre con el hijastro de su amigo Félix, acude a la (desastrosa) segunda boda de una pareja amiga, es abandonado temporalmente por su novia y resiste las insinuaciones de una chica con la que estudió en la Universidad.
Sin llegar a tener un tono amargo, este es el menos desenfadado de sus álbumes: un poderoso guión, en el que se entrecruzan también las historias de un cuadro pintado sobre un supuesto Rembrandt y el mural que decora la pared de un restaurante japonés. El dibujo, hermoso y con algunos toques naïve, se vuelve más simple y tosco. La suma de ese trazo y el fuerte color que aporta Isabelle Busscheert consiguen una mayor tensión al relato.
No es el libro que recomendaría para conocer al Señor Jean (¿puestos a elegir, por qué no quedarse con el primero -El amor, la portera-?), pero es el mejor y de mayor calado. No es extraño que se alzara con el premio al Mejor Álbum en el Festival de Angouléme de 1999.
En el fondo me encanta que mi amiga crea que soy como el Señor Jean. Pero no pienso fumar.
+ INFO:
- 'Playlist' de Charles Berberian
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