Más discos (12)
Ships, de Danielson.Me dan bastante miedo las empanadas sonoras. Siento escalofríos cuando la discográfica/distribuidora empieza a hablar de riqueza musical una línea antes de referirse a la teatralidad de David Bowie o el gusto de un grupo por la mitología o la psicodelia. Este Ships de Daniel Smith y sus chicos es un abigarrado conjunto de canciones que en un momento se muestran folk, al otro indie y más tarde basculan entre la epopeya casi heavy y el vodevil. Muchos aciertos, pero demasiado concentrados. A las tres o cuatro canciones siento que me hace falta bicarbonato.
Citrus, de Asobi Seksu. Es fácil ser cool cuando se viene de NY y tu vocalista es japonesa y recuerda a Liz Fraser (Cocteau Twins). Es fácil jugar a la nostalgia y recordarnos lo buenos que eran My Bloody Valentine y lo golosos que resultaban Pale Saints, los primeros Ride o Lush. Pero por suerte Asobi Seksu sortean todas las acusaciones. Y eso que sabemos que de inocentes no tienen un pelo. Pero el acabado de 'Red sea'o 'Strings' convence. Ahora toca que sus discos no tengan tantos puntos bajos.
Let Me Introduce My Friends, de I am from Barcelona. Debe ser el sol. Tienen tantas horas de noche al año que cuando vienen a España quedan trastornados. Tanto sol les produce una extraña reacción en el cerebro que les vuelve eternamente felices. Los suecos parecen abocados a componer pop tan radiante que tinta de pastel todo lo que toca. La sensación de la Piruleta Pop Party del presente año será este combo de 29 rubiales (vale, hay alguno castaño) que siempre sonríen y se saben al dedillo el libro de trucos del pop. Y al final, de tanto mezclar lo mil veces hecho, resulta que funciona. Hasta suena fresco y natural. Debe ser cosa del sol.
- Otra reseña sobre I'm from Barcelona
De mi sangre a tus cuchillas, de El columpio asesino. Se les ha acusado de agobiantes y de querer mezclar demasiadas cosas a la vez, y no sin razón. Sin embargo la música de El columpio asesino tiene cada vez más independencia de referentes (lo más oscuro de los primeros ochenta, la Movida, los Pixies...) y trucos. Se saben buenos y no tienen prejuicios, así que tiran pa'lante y convierten sus canciones en ejercicios de libertad. Me agotan, pero no como Danielson, sino como experiencia casi física.
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