Bravo Murillo
Calle Bravo Murillo: 382 números, 4.1 km, 50 minutos de paseo. Entre plaza de Castilla y la glorieta de Quevedo. Le dedica unos versos el argentino Moris en una canción del disco Fiebre de vivir.
Empiezo el paseo por el final, como el periódico. Está lleno de gente de todos los colores. Me gusta este tramo porque las casas con pequeñas y bonitas, y la calle lo suficientemente ancha para que entre el sol. Hay algunos puestos callejeros de fruta y flores, lo único abierto además de un cine y los bares. Con la que rodea a la plaza Mayor esta debe ser la zona de Madrid con más freidurías.
Me entero por los carteles que el nuevo rey de la bachata, recién llegado de NY para el Día de la Hispanidad, se llama Tuti Tuti. Pasado Estrecho empieza una zona igual de popular pero con más señorío. En una terraza un par de señoras de 70 años se zampan unas porras la mitad de grandes que sus brazos.
Hay una frontera que divide la calle en dos. Se llama Cuatro Caminos (un beso, Eli). De ahí para abajo las aceras se hacen el doble de anchas y el número de gente se divide por tres. Deja de ser un barrio de los de siempre para convertirse en una zona semi residencial.
Más abajo de Ríos Rosas ya no hay ni casas. Las instalaciones de la compañía de aguas (Canal de Isabel II) flanquean la calle. Veo lo que parece va a ser un futuro campo de golf en medio de la ciudad.
Ya en el último tramo me fijo en el escaparate de una librería. Tiene destacado el último de Rosa Díez. Nunca me ha caído muy bien esa mujer. Enfrente de los Cines Verdi hay una enorme plaza privada. Vale que un edificio tenga un espacio propio, pero eso de que se cierre el acceso (con profusión de carteles que así lo indican) en medio de una calle...
Poco más. La acera se vuelve a estrechar porque se llena de terrazas y la Bravo Murillo muere (en realidad nace) entre Fuencarral y San Bernardo.
De tanto verla en las marquesinas me queda una duda. ¿Alguien ha ido ya a ver Cabeza de perro? ¿Vale la pena o es una bobada?
Xx
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