¿Comida sana?

Como nadie ha conseguido convencernos de lo deliciosas que son las acelgas o lo sublime del sabor del queso fresco sin sal, y como después de la moda de lo integral, lo casero y lo light hay que seguir vendiendo productos. Después de todo esto, digo, a alguien se le ha ocurrido que hay que vender cosas que sepan como las de toda la vida pero engordando menos, o incluso que adelgacen.

Así, como a la gente le gusta el sabor de la tarta de queson con fresas, pues inventemos un yogurt bajísimo en calorías pero que tenga ese sabor. Se trata de crear una ilusión. ¿Es eso sano?

Pero hay dos cosas que aún me han sorprendido más los últimos días. La primera ha sido enterarme de que (tras el fracaso, por mal sabor, de los donuts light) han sacado unos donuts que saben como siempre pero engordan un 30% menos. ¿La razón? Llevan un componente químico que impide que tu aparato digestivo absorba parte de las grasas. De nuevo: ¿es sano alterar de forma química el funcionamiento de tu organismo para engordar menos? La única contraindicación conocida es que el abuso de los bollos que llevan este componente puede causar flojera en el bajo vientre.

Por su parte, Coca-Cola va a presentar esta semana un nuevo refresco, creado a medias con Nestlé, carbonatado y con cafeína pero que, gracias a un extracto de te verde, hace que adelgaces. Sí, es un refresco que no solo no engorda, sino que adelgaza. Al menos eso aseguran los estudios realizados entre gente joven y sin sobrepeso. Claro, para consumir las calorías de una gallega oreo hay que tomarse tres latas del refresco.

¿Y si comenzamos a tomar alimentos que queman nuestras calorías? ¿Tendremos que crear manzanas con grasa genéticamente añadida para que nos permita ganar peso?

Todo sea por el bien de la industria y los laboratorios químicos.

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