2008/01/20

Brasil: día 2

De noche la zona del hotel me había parecido un tanto siniestra. De día lo único que cambiaba es que había más luz.

Lo mejor que me había pasado en el viaje fue charlar con una chica brasilenha que me hizo una serie de sugerencias tanto para Rio como para Salvador. Siguiendo su consejo (le había preguntado por un sitio en el que comprar ropa carioca, para quitarme un poco de encima el pestazo a turista) aparecí en la zona de Saara (Metro Uruguaiana), una especie de mega-mercadillo compuesto por unas 8-10 calles repletas de tiendas en las que comprar desde la mochila más fea de Brasil a unas vergonzantes bermudas o unas camisetas de tirantes que me aseguraran la ventilación. Por aquello de las fechas también se podían adquirir todo tipo de disfraces y complementos "de fantasía" para el Carnaval. No llegué a tanto.

Otras novedades y curiosidades del día fueron probar el Metro de Río (sólo dos líneas, pero rápido, limpio y práctico), descubrir que las farmacias no sólo dispenden medicamentos, sino también hacen de droguería, que los brasilenhos no utilizan el concepto de descuento por grandes compras (una unidad puede valer 2,40 y el paquete con 10 unidades costará 24) y que uno de los tipos de la recepción del hotel es de Negreira (Provincia de A Corunha) y llegó al país hace 50 anhos.

También me di un paseo por la zona de Cinelãndia, bebí una caipirinha en la típica terraza para turistas que jamás pisaría en Madrid y descubrí que el Gran Hermano (Big Brother Brasil 8, BBB8 para los amigos) es igual que en Espanha. Igual más subido de tono.

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