2008/01/25

Brasil: día 8

Llueve en Río. Ya me había caído alguna lluvia tropical (en 3 minutos estás más mojado que si te hubieras metido vestido en el mar), pero es la primera vez que llueve un día entero: sin mucha fuerza, como si alguien se hubiera dejado sólo un poco abierto el grifo.

Cambio el plan inicial y decido ir primero al sitio con el que tenía pensado despedirme de la ciudad (es mi último día): la Confitería Colombo. Vuelvo a sentarme en sus mesas y otra vez la sensación es la de volver atrás en el tiempo y de no importarme un pimiento la crisis económica mundial ni si llueve o hace sol. Lo único que vale es mi desayuno y mi conexión con ese local.

Paseo por el centro y llego a Cinelândia. Recuerdo que mi companhera de avión me había hablado bien de la Biblioteca Nacional (repleta de incunables europeos traídos desde Portugal por la familia imperial cuando se estableció en Brasil) y me apunto a una sesión guiada. Como rápido en una lanchonete (un sitio sucio con comida sabrosa, como de costumbre) y vuelvo a la Biblioteca. Como no quieren que molestemos a los que están consultando libros (tampoco son tantos) nos asomamos más a las salas que entrar, propiamente. Es una visita interesante (el edificio es precioso) pero tampoco imprescindible.

Bus hacia Ipanema. Decido llevar a cabo uno de mis puntos favoritos de todo viaje: visitar los supermercados de la ciudad. Entre lo que más me llama la atención está la poca fruta que se puede comprar en un súper (hay más en un buen puesto callejero), que todas las marcas de yogur tienen el modelo ´naranja+zanahoria+miel´ (está bastante bueno) y cosas lógicas en las que no había pensado, como que haya geles, jabones y hasta champús diferenciados para blancos y negros. También descubro una botella-lata de heineken: hecha de lata, pero con forma de botella.

Hay también un montón de tiendas de ´alimentación verde´ en las que se puede comprar desde productos ecológicos a unos deliciosos bricks de soja con zumo de frutas, todo tipo de dulces de leche (dolce de leite aquí) con almendra, guayaba, coco... y hasta una mermelada hecha con el interior del hueso de vaca).

En el paseo por Ipanema veo un lugar en el que se prestan libros (como una librería de pago, con novedades) y acabo tomando un par de petiscos/fritos (el equivalente a las tapas/pinchos espanholas) y una buena vitamina (leche+zumo). Hmmmm, es lo mejor de Brasil.

Xx