Internet: el bazar de lo absurdo

Cualquier cosa puede ser ofrecida o vendida a través de Internet, pero la realidad comienza a parecerse a un concurso de despropósitos.

Hace cosa de 5 años se puso 'de moda' vender el alma propia en Ebay. Adam Fox, un adolescente de 14 años, lo hizo tras ver un episodio de los Simpsons en el que Bart hacía lo propio. Le siguió el canadiensen Sterling Jones (18 años), que llegó a recibir una oferta de 20,50 dólares.

También el artista británico Gareth Malham vio el episodio en el que Bart vendía aquello que el diablo siempre ansía. Gareth pedía a cambio 12 libras. Desgraciadamente la mejor oferta (de un hombre de Oklahoma, que había perdido su alma en una apuesta) fue de solo 11.61£.

Otros, como Steve Young, probaron a vender algo más tangible: su familia. En su anuncio, este novelista aseguraba que, por el módico precio de 5 millones de dólares, alguien podría llevarse "el cariño de dos niños a los que les encantan las felicitaciones de cumpleaños hechas en casa y las sonrisas cubiertas de caramelos", más el de su esposa.

Últimos casos: virginidad y el caso del conejo
18 años: la edad legal para tener relaciones sexuales (bueno, seguro que en algunos estados de los EE.UU. no). Y la tierna edad a la que la peruana Gracia Yataco León ha decidido poner a la venta su virginidad en Internet. La fiabilidad de la oferta no está muy clara. La chica dice que su familia pasa hambre, pero también reconoce su intención de dedicarse al mundo del espectáculo, a lo que puede ayudarle la publicidad que está obteniendo.

Al menos mil quinientas personas ya han respondido a su oferta por mail. Por lo visto hay de todo: algunos se lo toman en serio, otros pretenden ayudarla económicamente, y alguna secta no se sabe muy bien lo que pretende.

Más cruel resulta la historia (más bien falsa) de un hombre que amenaza com matar y comerse a su conejo si los internautas no donan 50.000 dólares antes de cierta fecha. En poco más de un día, aseguró haber recaudado casi 20.000 dólares. En la web ha llegado al punto de vender memorabilia del tema: camisetas, gorras, tazones...

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