Rufus Wainwright, el cantante
Hay distintos tipos de vocalista. Se podría hablar de los superdotados que exhiben sin complejos su técnica (Whitney Houston), los de pequeña voz llena de expresividad (Billie Holiday, PJ Harvey), los de la épica grandilocuente (Brett Anderson), los que hacen lo que pueden con lo que tienen (Kurt Wagner) y los superdotados que jamás emplean un gramo más de energía de lo necesario para su fraseo. Este último es mi tipo favorito de cantante, y entre ellos estarían Frank Sinatra (el de las grabaciones para Capitol), Al Green o Sam Cooke.
En un punto intermedio entre los primeros y los últimos, alardeando de capacidad pero cortándose a la hora de los gorgoritos y efectismos encontraríamos a gente como Dayna Kurtz, Stuart Staples o Rufus Wainwright: curiosamente todos cantantes actuales con un deje clásico muy pronunciado.
Hoy hablaré de Rufus Wainwright (31 años, gay, hijo de 2 conocidos músicos de folk canadienses y 'muy, muy guapo', que diría Rob Gordon), que acaba de publicar su cuarto disco, 'Want two' (Geffen, 2004), el primero con distribución en España. Su estilo bebe de los compositores del Tin Pan Alley, los cantautores pop-folk de los 60 (Harry Nilsson, Carole King, Laura Nyro y el maravilloso Randy Newman) y el pop acústico de dormitorio de los 90 (íntimo, cálido, acogedor).
Obviamente lo más destacado de 'Want two' es su voz, capaz de animar y acunar, siempre segura de sí misma y llenando toda la canción. La instrumentación bascula entre lo teatral (el piano en primer término, la orquesta al fondo) y lo juguetón. Algunos momentos ('crumb by crumb', 'old Whore's diet') recuerdan por lo preciosista a los mejores High Llamas o incluso al 'Smile' de Brian Wilson, que, por cierto, viene a España.
Los mejores temas: 'the one you love' y 'old whore's diet', con el también fantástico Antony (& the Johnsons).
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