¿Qué no hay playa? Pues hay pond
Desayuno 'familiar' con Puter, Joantoni y Mireia. Después me bajo al centro y voy de compras por Charing Cross Road. Caen el CD de Hanne Hukkelberg (la nueva chica sensible y experimental para escuchar en tu dormitorio), los vinilos del Grupo Folklórico y Experimental Cubano-Nuevayorquino (una rareza latina en el NY de los 70 de la que ya hablaré) y el primer disco de los New York Dolls. Además me llevé a precio amigo el The Virgin Suicides de Eugenides, que nunca encontraba en España.
Tras pasarme un microsegundo por la fiesta en la calle del aniversario de los estudios Tin Pan Alley me subí a Kentish Town. Allí me reuní con mis compañeros de desayuno y todos juntitos fuimos al parque de Hampsted Heath, uno de los mayores de Londres y desde cuya cumbre también se puede divisar (cómo no) buena parte de la ciudad. Hoy está lleno de gente, pero aún así se está de muerte tirado bajo los árboles. Luego nos acercamos a los diversos Ponds (estanques) en los que la gente puede mojar los pies o (los más valientes) darse un buen chapuzón. Resulta que hay tres abiertos a los bañistas: uno para chicas, otro para chicos y otro mixto. También hay una pequeña pendiente en la que la mayoría de los que toman el sol son chicos gays. Y es bien curioso que en una mansión detrás de la pendiente esté la casa de George Michael.
Un helado más tarde cogemos el bus de vuelta. Puter y Joantoni se van a ensayar con su otro grupo (además de los Satellites), Demeter: rock electrónico con nombre de diosa griega y cantante novia del productor. Nosotros nos disponemos a salir para tomar una rica pizza en Angel con un fotógrafo amigo de Mireia.
Buff, y luego a hacer la maleta y darme el madrugón padre para volver a Madrid. Qué pereza, la verdad.
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