2005/10/23

English Breakfast (VII)

Los sabores. Una de las cosas que más me chocó de la primera vez que estuve en Inglaterra (hace 12 años un mes en Eastbourne, cerca de Brighton) fue lo distintos que eran los supermercados. Cerca de la casa de mi host family había un Sainsbury gigantesco en el que sonaba una extraña música de fondo (como un disco de Brian Eno), la fruta la pesaban en libras (qué lío!), no tenían las mismas marcas que en España y, básicamente, estaba 'aquel pasillo'.

'Aquel pasillo' me resultaba completamente alienígena. Además de unos cuantos botes de salsa de tomate, mahonesa y mostaza estaba completamente ocupado por todas las variables posibles (e imposibles) de patatas fritas de distintos sabores. Al menos veinte, y creo que no exagero. Aún hace poco me he sorprendido comprando allí (aquello había que probarlo) unas patatas sabor a nata y menta... que además picaban un poco. Entre eso y las aguas de sabores (han llegado también a España) me tienen loco. Es la desnaturalización absoluta del sabor. Seguro que Adrià les ha copiado el concepto.

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