2005/09/11

Koizumi contra Japón

Hoy se celebran elecciones anticipadas en Japón. La razón del adelanto de la convocatoria fue la crisis abierta en el Partido Laboral Demócrata, que ha gobernado ininterrumpidamente Japón en los últimos 55 años. El actual primer ministro, Junichiro Koizumi, se presenta como claro favorito. Entonces ¿Por qué se han adelantado las elecciones? ¿Y por qué el índice de participación va a ser mucho más alto que en pasados comicios?

Koizumi ha recurrido a la consulta popular para expulsar a un grupo de senadores del PLD, que votaron en contra de su propuesta de privatizar la empresa pública de Correos. Detrás de esta pretendida reforma se encuentra todo un cambio en la forma de funcionar de las instituciones públicas y en las estructuras de clientelismo (por no decir corrupción) de la democracia nipona.

Si el servicio postal se privatizara ocurrirían dos cosas:

- Se convertiría en la mayor caja de ahorros del mundo, ya que sus activos alcanzan los 2,5 billones de euros en ahorros y seguros en la Caja Postal. Estos fondos se encuentran actualmente fuera de la regulación bancaria.
- Finalizaría el trato de favor existente con todos los los ministros y altos cargos del PLD, que pasan a trabajar en la compañía al abandonar su puesto público. Además, de la empresa dependen (directa o indirectamente) un millón de japoneses, todos votantes del PLD.

Las ninjas femeninas y los asesinos
Para enfrentarse a los 37 senadores rebeldes que votaron en contra de su propuesta de reforma postal, Koizumi ha recurrido a 20 mujeres jóvenes y populares (una miss tokio, una ex presentadora de televisión) que han sido bautizadas por la prensa nipona como las ninjas femeninas. Para reforzar también su imagen de cambio y acercarse a los jóvenes, también ha reclutado a un joven empresario de Internet. Su misión (de ahí su nombre de asesinos) es enfrentarse, en sus circunscripciones, con los senadores rebeldes e impedirles la renovación de su cargo.

Sea o no la privatización la solución a los males de la democracia y el sistema bancario de Japón, su acción parece más occidental que japonesa, ya que va contra uno de los rasgos del Japón más tradicional: no cuestionar lo que ya está establecido.

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