Star Wars: Episodio III - La venganza de los Sith

Y por fin llegó el ¿final? de La guerra de las galaxias (Star wars), la principal saga de la historia del cine de Ciencia/Ficción. En esta 'La venganza de los Sith' todos los hilos se atan y concluimos llegando... al principio: nacen Luke y Leia, la República se convierte en Imperio y los poderosos caballeros Jedi son aniquilados, con la excepción de dos de ellos (Yoda y Obi-Wan Kenobi)

Después de lo tristes y desangeladas (excepto algún breve apunte de humor o acción) que eran 'La amenaza fantasma' y 'El ataque de los clones', este tercer episodio representa un final digno que da algún sentido a la idea de crear una segunda trilogía que antecediera en el tiempo a la clásica, aquella protagonizada por Mark Hamill, Harrison Ford y Carrie Fisher. Un sentido más allá del de volverse asquerosamente ricos, claro.

La película escenifica la caída (cual Lucifer) de Anakin Skywalker, un Jedi impetuoso que desea ascender en rango y adquirir más nivel del que le corresponde según sus superiores en la orden. Skywalker se deja tentar por los rivales de los Jedi, los Sith, que simbolizan el 'lado oscuro' de la fuerza.

La parte central de la historia (un tanto facilona, pero historia) muestra las dudas del protagonista, entre la lealtad debida a sus mentores (especial mención para la interpretación que hace Ewan McGreggor de Obi-Wan), su ansia de poder y el pánico a unas premoniciones en las que ve morir a su amada Amidala.

Al final, además del ya típico espectáculo de efectos especiales (hay partes que parecen un vídeojuego) y acción bien llevados, acaba quedando la sensación de 'esta sí'. No es ningún hito, y no llega a la calidad de ninguna de las tres últimas partes de la saga, pero 'la venganza de los Sith' es un espectáculo digno para la mayoría y necesario para los fans.

Xx