2005/06/10

Pollo con ciruelas, de Marjane Satrapi

Un buen día, Nasser Ali (músico iraní especialista en el Tar) decició que no quería seguir viviendo. Como ninguna de las formas de morir que imaginó fue de su agrado (electrocutarse, un tiro, arrojarse desde su ventana...), decidió acostarse y esperar que la muerte viniera a por él. Las razones que le llevaron a esa decisión y lo que ocurrió en los 8 días que tardó en fallecer son la materia de la que se compone Pollo con ciruelas, un cómic escrito y dibujado por la sobrina-nieta de Nasser Ali, Marjane Satrapi.

Eso de ser la autora del primer cómic iraní, marca. La Satrapi se hizo famosa (especialmente en Francia) con Persepolis (editado por Norma), un trabajo autobiográfico adorado por el público pero criticado por parte de la prensa y aficionados (que si era muy efectista, que si tenía una estructura muy simplota, que si el dibujo copiaba el estilo de David B.). Sin embargo se llevó el premio del Salón de Angoûleme (el Cannes de los cómics) y convirtió a su autora en una semi-celebridad.

Después llegó el intimista Bordados (Norma, 2004), y ahora vuelve con un nuevo triunfo en Angoûleme. Pollo con ciruelas (Norma, 2005) es la triste historia (aunque no narrada como una tragedia) de un hombre que solo ha llegado a amar a una mujer con la que no se casó y la música que extraía de su Tar. Soportó la pérdida de la primera (aunque le convirtió en un ser infantil, conformista y caprichoso), pero no pudo con la segunda.

Otra vez lo más discutible del trabajo final es alguna solución de guión, que alterna la humanidad de sus personajes con cierto toque esquemático y algún que otro golpe efectista. Esta vez, la historia no tiene aquel elemento de 'vamos a conocer la historia de Irán' que inundaba 'Persepolis', aunque su autora no se resiste a filtrar aquí y allí detalles sobre la realidad social de la época (1958) y el lugar (Teherán).
Lo que sí es incuestionable es el dibujo, de una gran belleza, formal y 'espiritual'.

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