Interior, día. Estamos en una tienda de discos (podría ser la de Alta Fidelidad, por ejemplo). Tras unos vistazos infructuosos a la estantería de novedades, un cliente se acerca al mostrador.
Cliente: - Perdone. Estaba buscando los discos de Bloc Party y Maxïmo Park ¿no los tiene?
Dependiente: - Huy!, pues va a ser que esos ya están en oldies.
Cliente: - Vaya! Pues yo estaba convencido de que habían salido hace poco tiempo.
Dependiente: - Mucho, mucho, no hace. Lo que pasa es que esto va muy rápido y ya se sabe...
Cliente: - El qué
Dependiente: - Pues eso, hombre, que las cosas van muy rápido y esos grupos ya no están de moda.
El cliente, tras unos segundos de sesudo análisis de este último comentario (con fruncido de ceño y todo) no tiene otro remedio que preguntar: - Oiga, y ahora ¿qué es lo que se lleva?
Dependiente: - Pues esta semana son unos tal Art Brut. El disco se llama 'Bang bang rock&roll' y lo tiene allí (señala con la mano una de las estanterías). Es el de la portada de colores, la que salen sus caras posterizadas, o como se llame eso que le hacen a las fotos.
Cliente: - ¿Y cómo suenan?
Dependiente: - Pues son rock, y tal.
Cliente: - ¿Pero se parecen algo a los otros que le he dicho, o a Franz Ferdinand o alguno así?
Dependiente: - Diría que son más americanos.
Cliente: - ¿Como los Strokes?
Dependiente: - No,no. La verdad es que son ingleses. Pero hacen ruido, se puede bailar y son un poco gritones... a la gente le gusta, ¿sabe?
Cliente: - Pues si me lo pone asi, me lo acaberé comprando. ¿Pero no suenan a nadie?
Dependiente: - Hay una canción que suena un poco a los B-52, otra a los Sex Pistols... no sé, ya le digo que a la gente le gusta.
Cliente: - Nada, nada. Que me lo llevo. Que si no hay otra cosa... a mi es que lo de los oldies me cansa un poco, ¿entiende?. Pero si me dice que gritan y tal... ¿se puede bailar, no?
Dependiente: - Sí, sí. En un garito o en casa. Ya sabe, en el salón, cuando no le ve nadie.
El cliente se marcha con un gesto que mezcla curiosidad con satisfacción. El dependiente espera a que salga por la puerta, mira de reojo a un compañero que está ordenando los vinilos y le dice: - Ya está. He vendido cinco en una tarde.
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